Para el primero, quitar el cuero fue fácil solo sacar las tachas que lo sujetaban. El otro no tanto, ya que el cuero, además de las tachas, estaba fijado con pegamento. Después de 'arrancar' el cuero, tuve que lijar para eliminar los restos de pegamento.
Poner los cueros nuevos no tuvo mayores complicaciones. Ya estoy bastante acostumbrado al proceso. Eso si, después de cortar los sobrantes me dí cuenta que el largo no coincidía y se veía una pequeña franja sin pintura, donde tuve que darle unos retoques para que no se notara tanto.
Para finalizar, repinte uno de los paranku, ya que se veía muy gastado, con muchas zonas con la madera expuesta.
Finalizados! |
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