Finalmente, el torno está terminado. Aquello que en un primer momento parecía algo lejano, fabricar taikos de eisā en Argentina, ahora es un objetivo alcanzable.
Para probar que tal funciona, armé un hiradaiko. Al ser más angosto que un taiko para eisā, llevará menos tiempo de trabajo pero aún así es buena medida para ver qué funciona o que no en el torno y en el proceso de fabricación en general.
Afortunadamente, sacando algunos pequeños contratiempos, el resultado es satisfactorio. El torno gira un poco más lento de lo deseado, pero no es mucho problema.
Ya terminada de dar la forma al hiradaiko ahora faltan los parches. Y para ello tuvimos que fabricar otra herramienta, la mesa para estirar los cueros. Partiendo de un chapón, varios ganchos, gatos hidráulicos y una plancha de madera, nació la mesa.
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