miércoles, 21 de marzo de 2018

Últimos días de trabajo

Terminó febrero, oficialmente terminaron mis días de trabajo en Arasaki Taiko Shamisen. El 1ro de marzo trabajé y el 2 fue el happyoukai. Ya que para fin de mes tengo que volver a Argentina, desde el lunes 5 empecé a prepararme para la vuelta.
Además de lo normal (empacar, comprar regalos y demás etcétera), también tenía que hacer trámites para dejar asentado que dejaba el país y poner en orden las cosas del departamento (fecha de salida, cortar servicios). Afortunadamente eso no llevo demasiado y para el miércoles ya tenía más o menos todo listo.
Ya que aún quedaba bastante tiempo, me ofrecí a trabajar algunos días más, cosa que me agradecieron mucho, ya que entra la semana que no fui a trabajar entraron muchos pedidos. En las 2 semanas extra que fui, terminamos de tallar unos taikos que había empezado antes, pintamos de negro 8 odaiko de un pedido para el grupo TAO, terminamos los detalles de cueros de shime y recibimos un gran encargo de Eisā Kaikan, el museo del eisā, que se inaugurará a fin de mes (se inaugura el mismo día en que me voy D= ). Si, parece mucho, y lo fue. Mientras hay meses en los que apenas hay movimiento, hay otros momentos en los que se trabaja muchísimo.
Los taiko que terminamos eran los que estuve armando en paralelo mientras fabricaba el mío. Cómo no eran prioridad, simplemente fue darles forma y aplicarles sellador. Los cueros de shime tampoco eran prioridad, pero como solo les faltaba la pintura, los terminamos rápido.
El pedido de TAO, según me contaba mí sensei, llega una vez cada 2 años más o menos y siempre es parecido, odaiko en cantidad (8 o más) en negro. Cómo todos los que tenemos son rojos y no hay tiempo suficiente para fabricar de cero, buscamos en el depósito los más bonitos y los repintamos de negro.
Para los cueros de shime, había que terminar de pintarlos. Para eso se cubre el centro y se pinta de negro el borde. Luego se hace el diseño con un marcador dorado y finalmente se da una capa de pintura transparente para preservar ese dibujo.
A fin de mes, el museo del eisā abrirá en Koza, Okinawa-shi. Como parte de la exposición, se encargaron taikos de varios tamaños, paranku, shime y también un par de sanshin. Al ser un pedido normal, no hubo mucho contratiempo. Eso si, eran unos cuantos y había que seleccionar los que mejor aspecto tuvieran, pues van a ser vistos por cientos (o miles) de personas en un museo. Cuando fuimos a hacer la entrega pude ver un poco el lugar, pero aún faltaba mucho para terminar. Apenas habían cosas de la muestra y todavía estaban terminando de armar la decoración.
Nos dieron un recorrido por el lugar y nos contaron las ideas que tienen para el lugar. En una parte habrá una sección interactiva, donde los visitantes podrán ver un vídeo instructivo, aprender algún baile y usar los materiales para bailar. Para ello, nos pidieron si es posible que fabricáramos un taiko que no haga sonido (ya que un taiko normal haría mucho ruido para un museo). Nos encargaron unos taikos más para vender en la tienda de regalos y fuimos invitados a la pre-apertura, por haber contribuido a la muestra.
Con una semana para entregar estos taikos especiales, nos pusimos manos a la obra y por suerte no representaron mucho desafío (la forma en que los hicimos mudos es secreto de fabricante).
Finalmente, mi ultimo día de trabajo fue el 21 de marzo, día en que me mude del departamento hacia casa de Oba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario